Ocho
de la tarde. Lunes. Enciendo un canal de televisión y veo la imagen
de un bello rostro de perfil.Es
Audrey Hepburn protagonizando el film Vacaciones en Roma (Billy
Wilder), película en la que interpreta a una princesa que se escapa
de palacio. Le valió su único Oscar y la lanzó al estrellato.
Audrey
Hepburn, actriz británico-belga de familia y porte aristocrático,
vivió en primera persona las penurias provocadas durante la Segunda
Guerra Mundial, hecho que la llevó a dedicar gran parte de su vida a
los más necesitados, involucrándose en labores humanitarias como
Embajadora de Buena Voluntad de UNICEF hasta el fin de sus días.
Estilo
Audrey Hepburn siempre se
caracterizó por su buen gusto y elegancia en el vestir. Su figura
era esbelta y delicada. Desde muy temprana edad tomó clases de
ballet, pues su sueño de juventud era ser bailarina. Finalmente tuvo
que renunciar ya que era demasiado alta para la época, aunque llegó
a bailar junto a Fred Astaire en el film musical Una cara con ángel.
Hepburn puso de moda el zapato
plano tipo bailarinas, las gabardinas, los pantalones pitillo, los
pantalones capri o los jerseys de cuello cisne. Sus colores favoritos
eran los neutros, como el blanco o el negro y le encantaba llevar
sombreros, guantes o gafas de sol XXL. Huía de los colores chillones
o los brillos.
Givenchy
Su
diseñador preferido fue Hubert de Givenchy, con el que mantuvo una
amistad muy fuerte. Audrey fue su musa y llegó a crear un perfume
inspirado en ella, L'Interdit. Diseñó vestidos exclusivos como el
famoso vestuario de la película Sabrina, en el que destacan el
vestido de cóctel negro con cuello recto que dio lugar al llamado
escote
Sabrina, o
el elegantísimo vestido palabra de honor en blanco y negro que lució
en esta película. Aunque sin duda mi preferido es aquel elegante y
sofisticado vestido de satén negro o little black dress que luce en
Desayuno con Diamantes, frente al escaparate de Tiffany, también
diseñado por Givenchy. Este vestido fue subastado en el año 2006 en
Christie's por 700.500 euros, y la recaudación fue destinada a obras
benéficas.
Audrey
no fue una actriz al uso, una diva en el sentido estricto de la
palabra, llegando a llevar una vida sencilla, huyendo de toda clase
de lujo y ostentación. Rechazó ser imagen de muchas marcas, entre
ellas Tiffany.
Con un encanto y dulzura
especiales y una belleza inigualable, además de divertida, se ganó
el aprecio del público y de sus compañeros de profesión.
Aunque Audrey nunca se vio a
si misma como un icono, lo cierto es que su imagen es una de las más
imitadas y recordadas de todos los tiempos.
“¿Porqué
cambiar? Cada uno tiene su propio estilo. Una vez que lo has
encontrado debes aferrarte a él.” Audrey Hepburn
Artículo para el nuevo número de la revista Bahía Sur. Por Victoria Monasterio. Más info en
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Enhorabuena!!!!! mola!!
ResponderEliminarMuchas gracias guapa!! besos ;)
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